jueves, 21 de abril de 2011

LA MISA CRISMAL



La Misa Crismal
La Misa Crismal que celebra el obispo con todos los presbíteros de la diócesis, es una de las principales 
manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con 
él. En ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.
El Santo Crisma, es decir el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con 
sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación y en la ordenación de los diáconos, 
sacerdotes y obispos.
La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama ahora al aceite y bálsamo 
mezclados que el obispo consagra este Jueves Santo por la mañana para ungir a los nuevos bautizados y 
signar a los confirmados. También son ungidos los Obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación 
sacramental.
La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la 
consagración, los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa "el 
ungido del Señor". El crisma se hace con aceite y aromas o materia olorosa para significar "el buen olor de 
Cristo" que deben despedir los bautizados. 
Con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan, 
reciben la fuerza divina del Espíritu Santo, para que puedan renunciar al mal, antes de que renazcan de la 
fuente de la vida en el bautizo. Este aceite es un jugo untuoso de color verde amarillento que se extrae del 
olivo o de otras plantas. 
El óleo de los enfermos, cuyo uso atestigua el apóstol Santiago, remedia las dolencias de alma y cuerpo de los 
enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados. El 
aceite simboliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo. Con este óleo el Espíritu Santo vivifica y transforma 
nuestra enfermedad y nuestra muerte en sacrificio salvador como el de Jesús.
Por lo general antes de comenzar la celebración de la Cena del Señor se reciben solemnemente estos Santo 
Óleos consagrados en la Misa Crismal celebrada en la mañana por el Obispo reunido con el presbiterio. En 
una procesión solemne los óleos son llevados en tres ánforas preciosas que se guardan en un lugar 
previamente destinado dentro de la Iglesia

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